Sostenibilidad 360: Integrando aspectos sociales, ambientales, culturales, institucionales y económicos en la Educación Superior
Hoy en día en todas partes vemos anuncios que contienen el concepto “Sostenibilidad”, literalmente está plagado de ello, donde todo lo que se realiza, dícese desarrollarse bajo dichos parámetros, transformándose a lo mejor en la moda del momento, que, bajo la perspectiva de los principios de la sostenibilidad, no se alinea del todo.
Por Wilson Aravena Hevia
Socio Profesional Hevia
Bajo una mirada analítica como profesional del área y por sobre todo como una crítica constructiva desde la evidencia, aparecen varias respuestas posibles sobre lo que nos está sucediendo como sociedad con la utilización indiscriminada de este concepto, donde podemos tener distintas apreciaciones, pero desde lo que acontece con certeza, lamentablemente la sostenibilidad además de estar de moda evoluciona, transformándose en la gran carrera a correr del momento.
Detrás de los anuncios existen esfuerzos, por ejemplo, ¿quién realiza mayores actividades incorporando ODS?, ¿quién gestiona más residuos?, ¿quién realiza más discursos, ponencias, conversatorios, clases magistrales y desafíos despampanantes?, ¿quién propicia una mayor vinculación? o ¿quién gestiona productos o servicios más sostenibles? solo por nombrar algunos. En fin, podría seguir enunciando actividades que no están mal en su forma, sino que les falta cohesión en su fondo, debido a que en varias de ellas no se integran todas las dimensiones de la sostenibilidad, sino solo algunas, pero que de todas formas se promueven como tal, potenciando además con mayor auge la dimensión económica y en este orden prioritario, pretendiendo de manera desagregada desarrollar el concepto en su totalidad.
Lo que sucede seguramente y como una de sus causas, es provocado por los rankings de sostenibilidad, que miden distintos aspectos o temáticas desagregadas, más aún bajo metodologías limitadas, que muchas instituciones sin saberlo les interesa liderar, con el fin de alzarse como las “más sostenibles” o las “N°1 de la sostenibilidad”, pudiendo ser vista dicha mención a modo de ejemplo en las páginas web corporativas. Pero ¿es acaso una carrera donde tenemos que competir?, y al que se le dice ser el más sostenible liderará el mercado competitivo, que también está muy presente en la industria de la educación.
Asimismo, lo que se informa de ser sostenible ¿es en realidad sostenible?, bajo ese anuncio ¿se benefició la dimensión social?, ¿impactó positivamente en la dimensión ambiental?, ¿se contribuyó en el ámbito de la dimensión cultural?, la acción realizada ¿es o será parte de la dimensión institucional (política) y de una práctica continua para asegurar en la dimensión económica, el equilibrio justo y tan necesario con las demás dimensiones? lo más seguro es que no del todo, pero sí se reconocen los esfuerzos que se realizan, avanzando en una que otra dimensión del concepto propiamente tal.
En la misma línea, vemos que una dimensión va más atrás en la carrera que las otras, siendo esta la dimensión social, tan fundamental para que se produzca el desarrollo y el tan anhelado equilibrio, siendo la base de la transformación, por lo cual deberíamos considerarla como prioritaria en nuestras instituciones, debido a que en gran medida esta dimensión bien desarrollada, nos permitirá avanzar más rápido en todas las demás dimensiones. De la misma forma, hoy en día la literatura científica menciona y desarrolla cinco dimensiones, entonces las instituciones debieran aportar y enfocarse integrando todas ellas, para poder proclamarse como las más sostenibles, de acuerdo con todas las actividades que realizan.
En consecuencia, si no se está llevando a cabo tal integración, nunca es tarde para mejorar, invitándolos a reflexionar y a realizar un análisis de los anuncios y el sentido y forma de correr la carrera. En paralelo también los insto a asumir la “Sostenibilidad 360”, un concepto que engloba el todo de la sostenibilidad, ocupándose en la práctica de todas sus dimensiones, siendo a la vez una estrategia que abarca el ángulo completo del círculo, basado en un enfoque transversal, apoyado además por la tecnología y la innovación, que les permitirá ciertamente ser sostenibles alcanzando el desarrollo del concepto en su totalidad.
En definitiva bajo el concepto de “Sostenibilidad 360”, hago un llamado a la gobernanza de las instituciones, quienes a través de sus políticas, planificación estratégica y ejecución de proyectos, tienen el poder de asumir la totalidad del concepto y transformar la realidad local y regional, llegando el reconocimiento por sí solo, donde las comunidades y sociedad en general, verán las acciones prácticas enmarcadas en las cinco dimensiones de la sostenibilidad y naturalmente sin tener que correr la carrera serán las elegidas, por lo cual las instituciones de igual forma podrán prosperar y perdurar en el tiempo, sin la necesidad de preocuparse y ocuparse por los rankings, que por ahora desvirtúan el verdadero propósito y el real significado del concepto “Sostenibilidad”.