Reflexiones en el Día de la Tierra: Combatir la contaminación por plásticos

El 22 de abril es el Día de la Tierra, una fecha que nos lleva a reflexionar sobre la importancia del cuidado de nuestro hogar, nuestro planeta, y la relevancia de la conservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible. Esta conmemoración se remonta a una resolución adoptada en 2009, donde la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 22 de abril como el Día de la Tierra, aunque está estrechamente relacionada con la primera Cumbre de la Tierra de 1972.

Este año, el Día de la Tierra tiene como objetivo enfocarse en la contaminación por plásticos, bajo el lema “El planeta contra los plásticos”, con la demanda de reducción en la producción de plástico en un 60% para 2040. Esto se da en el marco de la cuarta sesión del Comité Internacional de Negociación de la ONU, que busca desarrollar un instrumento legalmente vinculante en la contaminación por plástico. Esta sesión tendrá lugar en Canadá del 23 al 29 de abril.

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, hoy en día se producen alrededor de 400 millones de toneladas de plástico cada año y se proyecta que la producción de plástico alcance 1.100 millones para 2050. Además, aproximadamente el 36% de todo el plástico producido se utiliza en embalaje, incluidos los plásticos de un solo uso de alimentos y bebidas. Uno de los problemas de estas cifras es que ese plástico termina en rellenos sanitarios o vertederos no regulados. Según la ONU, solo se recicla alrededor del 10% del plástico generado a nivel mundial. Es preocupante que estos residuos terminen en nuestros océanos, causando un enorme daño ambiental que sigue en expansión. Los microplásticos han sido encontrados tanto en nuestro organismo como en la fauna marina.

Hoy, la batalla contra el plástico requiere la articulación de todos los sectores de la sociedad. Los gobiernos tienen mucho que decir al respecto, por ejemplo, con regulaciones más exigentes que aceleren la eliminación de plásticos de un solo uso y la incorporación de prácticas de economía circular. Por otra parte, el sector privado es un actor relevante en la innovación de sus modelos de negocio para promover la sostenibilidad en la economía circular del plástico. Además, es importante proporcionar información transparente a los consumidores para que tomen decisiones de compra informadas.

En nuestro país, existen regulaciones vigentes que contribuyen a reducir el uso de plástico, como la Ley 21.368, que regula los plásticos de un solo uso y las botellas plásticas, y la ley 21.100, conocida como “chao bolsas”, que prohíbe la entrega o venta de bolsas plásticas en el comercio. Estas regulaciones buscan evitar que los plásticos impacten en el medio ambiente y la salud de las personas. Sin embargo, es importante contar con la fiscalización adecuada para hacer un seguimiento y monitorear la correcta aplicación de estas normativas. Por último, es crucial generar conciencia en la sociedad en su conjunto, porque el cuidado de la Tierra es una tarea de todos.

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