A través de investigación estudiantes de Estados Unidos y Chile intercambiaron saberes con comunidad de Monkül
El proyecto fortaleció las habilidades de transformación de conflictos y fomentó una comprensión interdisciplinaria e intercultural de estos procesos.
“Es un lugar mágico, con una energía especial”, así describe el estudiante Sebastián Baier a Monkül, el lugar que lo acogió junto a sus compañeros, para llevar adelante una investigación de transformación de conflictos socio ecológicos con la comunidad lafkenche Mateo Nahuelpán y abordar los desafíos socio-ecológicos derivados de la crisis ambiental y climática, a través de un enfoque interdisciplinario e intercultural.
En julio de 2020 el humedal Monkül, comuna de Carahue, fue reconocido internacionalmente como sitio de conservación RAMSAR convirtiéndose en el primer humedal de la Araucanía en adquirir esta categoría. En una superficie de 1.380 hectáreas se despliega un ecosistema único y de alta vulnerabilidad ecológica donde conviven 171 especies de plantas y 134 especies de animales, varias endémicas, en peligro de extinción y de gran importancia para la conservación.
Conflictos socio-ecológicos
En este sitio de singular belleza y tranquilidad, cada cierto tiempo irrumpen fuertes disparos y es posible divisar gente saliendo con patos y coipos al hombro, a pesar de que la caza está prohibida y que incrementa el riesgo de incendios forestales. Aun cuando el entorno invita a ser cuidado y protegido, los turistas dejan sus huellas, especialmente en el sector de las dunas. Estos problemas se suman al drenaje de los humedales, los permisos para trabajar el borde costero que también esperan obtener comunidades de más al norte y de más al sur; y el manejo de los humedales.
“Mapear” éstos y otros problemas fue una de las primeras tareas que tuvo el equipo que formaron Sebastián Baier, Luis Ojeda, Gabriela Contreras y Francisca Sepúlveda, estudiantes de Ingeniería en Recursos Naturales y Ciencias Ambientales de Universidad de La Frontera, y sus pares estadounidenses Anna Parrott, de Análisis Ambiental—Biología en Pomona College e Isabella Caro, de Ciencias Sociales con énfasis en Gobierno y Economía en Wesleyan University. El actual semestre ellas cursaron el Track de Sustentabilidad y Sociedad del Programa Middlebury Escuela en Chile, en la UFRO.
Esta actividad les permitió identificar a los actores que participan en los conflictos y cómo se relacionan entre ellos. “Abordamos esa perspectiva cultural que viene de muchas generaciones y pudimos ver que con el tiempo se van botando estas barreras que impiden que la comunidad pueda tener relaciones de confianza, para lograr una gestión integrada del territorio”, señaló Francisca Sepúlveda.
En esa dirección apuntaron los aportes de El Pequeño Libro de Transformación de Conflictos de Lederach. “Lo que más me queda es lo que plantea ese texto, primero formar una confianza desde un principio en lo que es la identificación de los conflictos y en base a eso, ir generando la conversación. Si bien no se llega a una resolución o transformación del conflicto, se genera una base para establecerla en el futuro, ya que no se puede esperar una solución a corto plazo, sino que a mediano o largo plazo”, opinó Luis Ojeda.
“El uso de lenguaje es muy importante para transformar un conflicto”, afirma Anna Parrott. Como ejemplo se refiere a las diferentes formas que la comunidad representa la tierra, “pensar en el humedal como sitio de control o territorio ancestral o de turismo; o sitio de mucha belleza o con muchos patos para cazar. Son nombres que se pueden dar a la tierra y que indican usos diferentes y valorizan de diferente manera a la tierra”.
“Es una perspectiva interesante que ayuda a abordar los problemas desde los actores, porque todos los actores tienen pensamientos distintos sobre qué es el humedal y cuál es su propósito”, explicó.
Antes de esta investigación Anna pensaba que el conflicto representaba un momento de tensión en la historia. Al trabajar con la metodología vio el conflicto como algo más estructural, donde intervienen sistemas de comunicación. “Esta perspectiva me hace pensar que los conflictos no son necesariamente algo malo en sí mismos, sino que revelan problemas más estructurales e intereses distintos, que se necesita comunicar para resolver. Pensar en el conflicto como algo constructivo es nuevo para mí y la perspectiva de lo estructural ayuda mucho a construir esperanzas para resolver conflictos”, precisó.
“Lo que más me llamó la atención es la conexión entre la gente y la tierra especialmente notable con los cambios que han afectado a la tierra durante la formación del humedal. En el proyecto usamos el concepto de relaciones bioculturales. La relación con la tierra está en el centro de sus vidas y cuidarla es una práctica cultural”, explicó Isabella Caro.
Refiriéndose a la teoría de transformación de conflictos, Sebastián rescata el cambio de lenguaje en torno a los humedales. “Existía la percepción negativa de la gente de Newentúe, de que los humedales son “terreno perdido”. La comunidad trabajó para que esto se considere como “humedales de Monkül”: un espacio de conservación de la biodiversidad; algo beneficioso para todos”.
“Esos acontecimientos y otros son los que se plasman en mapas y líneas de tiempo, productos que hacen mucho más plausible y destacan esa historia de sus antepasados que tanto añoran”, comenta Gabriela Contreras sobre los productos que, tras realizar su investigación, dejaron a la comunidad.
Initiative on Conflict Transformation
“Este es un proyecto de Initiative on Conflict Transformation y ha sido un desafío inspirador para el programa en Chile. Representa una oportunidad para proponer un modelo educativo innovador que permite integrar metodologías participativas, reflexión continua , ética ambiental, aprendizajes significativos de quienes participan y de paso, reforzar el trabajo colaborativo que propiciamos entre estudiantes internacionales y locales ”, señala Paulina Solís Iturra, Coordinadora del Track de Sustentabilidad del Programa Middlebury Escuela en Chile (https://www.middlebury.edu/schools-abroad/schools/chile ) y responsable del proyecto “Perspectiva Biocultural en la Transformación de Conflictos Socio-ecológicos en Áreas de Alto Valor de Conservación”.
“La idea -explica- era abordar la transformación de conflictos socio-ecológicos e integrar a los actores locales para generar un impacto positivo y sustentable. Es un aprendizaje continuo que nos motiva a seguir mejorando y creando oportunidades significativas en contextos reales y compartidos”.
Para Alejandro Herrera, Antropólogo, Encargado de Interculturalidad de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Medioambiente, una de las cosas más interesantes de este proyecto es que se produjo una integración notable entre los aportes teóricos de los estudiantes (relativos a la transformación de conflictos socio-ecológicos) y la experiencia de vida, histórica; la memoria biocultural de la gente de la comunidad. “Ahí hubo una suerte de integración que se hizo muy evidente cuando se compartieron los resultados”, indicó.
Respecto de los aportes de la investigación explicó que la comunidad pudo resituarse en un contexto muy complejo de relaciones y afectaciones mutuas. “Eso es un aporte, pero todavía estamos en una situación inicial de este esfuerzo de cooperación con Monkül, con el territorio y la comunidad Mateo Nahuelpan”.
Ad portas del verano los estudiantes están terminando un semestre de grandes experiencias y Monkül con sus aprendizajes ocupa un lugar especial. “Cuando llegaba, a veces estaba triste, cansado o frustrado, y me iba de ahí todo lo contrario: alegre, con energía y renovado. Un día fuimos a entrevistar a un caballero arriba del Treng que es un cerro súper importante con mucha historia, justo el día que había un eclipse solar. Fue un momento súper bonito estar parado arriba del cerro reflexionando sobre el humedal, y justo en el momento del eclipse pasó un vari”, recuerda Sebastián Baier.
Trabajo interdisciplinario |
Profesor Alejandro Herrera: “El equipo estuvo integrado por estudiantes chilenos y estudiantes de Estados Unidos, y esa interacción entre estudiantes de carreras diversas, una de las jóvenes de EEUU estudiaba biología y la otra era del área de ciencias políticas, mientras que los estudiantes chilenos pertenecían a la carrera de Ingeniería en recursos naturales de la UFRO y por lo tanto, esa interacción fue extremadamente rica, no exenta de complejidades, por supuesto. Hoy en día tenemos un equipo muy afiatado de jóvenes con perspectivas diversas, pero trabajando interdisciplinariamente. Y eso para un viejo académico y docente como yo es un tremendo logro. Aporta mucho para la formación de los jóvenes: cuatro estudiantes chilenos trabajaron estrechamente con las dos estudiantes de Middlebury”. |
Actividades del modelo Transformación de Conflictos (TC) |
Los estudiantes de Estados Unidos y Chile llevaron a cabo dos actividades principales: investigar la comunidad mapuche Mateo Nahuelpan, enfocándose en valorar la memoria biocultural relacionada con los humedales, e identificar y analizar los conflictos socioecológicos desde la perspectiva de la comunidad. Además, se propusieron estrategias para transformar conflictos presentes y futuros relacionados con la gestión y el uso de la tierra. Simultáneamente, participaron en reflexiones individuales y grupales, profundizando su comprensión de los procesos de transformación de conflictos y conectando la teoría con la práctica. Las actividades incluyeron lecturas teóricas, mapeo de conflictos, entrevistas con informantes clave y una presentación comunitaria de los hallazgos mediante una actividad participativa. |
Track de Sustentabilidad en Middlebury College en Chile |
Programa específico de estudios en las áreas de las ciencias de la tierra, ambientales, y del mar con un enfoque socio ecológico, con el fin de acercar a los y las estudiantes al conocimiento y desarrollo de habilidades para abordar las problemáticas globales y desafíos en un contexto de emergencia climática. Palabras claves son conservación ecosistémica, socio-ecología y memoria biocultural. Ofrece un espacio de inmersión cultural y científica a través del trabajo colaborativo, consolidándose como un espacio clave para la investigación interdisciplinaria e intercultural en Chile. Tiene como objetivo principal fomentar el trabajo entre estudiantes nacionales e internacionales con el apoyo de expertos en conservación, integrando conocimientos teóricos y prácticos en estudios de biodiversidad y sustentabilidad. La metodología busca fortalecer la colaboración interdisciplinaria y multicultural entre estudiantes nacionales e internacionales, permitiendo una comprensión contextualizada de los desafíos ambientales actuales. Al trabajar en duplas, los y las estudiantes enriquecen el proceso investigativo desde perspectivas diversas, generando resultados de alto impacto a nivel individual, relacional y colectivo, para abordar la problemática de la crisis climática. |
Este artículo ha sido proporcionado por Middlebury College en un esfuerzo por fomentar las iniciativas de conservación sustentables y de investigación.