Día de la Fauna Chilena: Un Llamado Permanente a Conocer y Proteger Nuestra Riqueza Natural
Cuidemos a aquellos seres vivos cercanos a nosotros y aprendamos a ver la fauna como parte de nuestra comunidad, no solo como un elemento de nuestra geografía.
Por: Christian Valdés Cornejo
Director de Vinculación con el Medio, Universidad Adventista de Chile.
Foto: Meteored.cl
Este fin de semana celebramos el Día de la Fauna Chilena, una fecha que nos invita a detenernos y reconocer la maravillosa diversidad de animales que comparten este territorio con nosotros. Organizado por el Jane Goodall Institute Chile, este día no solo busca crear conciencia sobre nuestra fauna nativa, sino que además nos recuerda que el cuidado de estos seres vivos no debería limitarse a una sola fecha en el calendario. Nuestra responsabilidad con ellos es diaria y constante, y va más allá de simples palabras, es un compromiso que debería ser consecuente con cada acción de nuestra vida cotidiana.
El cambio climático: el enemigo silencioso
El cambio climático es una amenaza constante y particularmente dañina para las especies más vulnerables. Es tal vez el mayor reto que enfrenta nuestra fauna, y si queremos proteger estos ecosistemas tan frágiles, el primer paso es reducir nuestro impacto ambiental. Como bien dice Lorena Jofré, de la Universidad de Las Américas, los desafíos incluyen la pérdida de hábitat y el tráfico ilegal de especies, problemas que son exacerbados por el cambio climático (El Mostrador, 2023). Cada acción que tomamos, desde disminuir nuestro consumo de plásticos hasta optar por medios de transporte más amigables con el medio ambiente, contribuye a la lucha contra este fenómeno. Así protegemos a nuestra fauna y cuidamos nuestro futuro.
Fauna chilena: un patrimonio que debemos conocer y cuidar
Chile es uno de esos lugares privilegiados, donde cada rincón esconde alguna forma de vida única en el mundo. Desde el pequén, ese pequeño búho de ojos amarillos intensos, hasta el chungungo, que vive en nuestras costas, cada especie cumple un rol fundamental en el equilibrio de nuestros ecosistemas. Sin embargo, esta riqueza también enfrenta enormes desafíos. Como lo plantea Matías Asun, director de Greenpeace Chile, necesitamos “más Estado en la preservación de nuestra fauna” (El Dínamo, 2023), relevando que las políticas públicas también deben ser consecuentes con el reconocimiento del patrimonio cultural que tenemos y que somos responsables. La fauna nativa no es solo bilogía, también es parte de nuestra identidad cultural y natural, un patrimonio legado y que debemos dejar a nuestras generaciones futuras.
Recientemente, la noticia de las muertes de dos ballenas jorobadas en áreas protegidas de la Patagonia ha encendido las alarmas. Estos gigantes marinos fueron hallados en zonas cercanas a salmoneras en el sur, en la Reserva Nacional Kawésqar y el Parque Nacional Laguna San Rafael. Aunque las causas de su muerte están siendo investigadas, la proximidad de estas industrias plantea preocupaciones serias sobre el impacto de la actividad salmonera en la fauna marina. Jorge Leichtle, académico de la Universidad Bernardo O’Higgins, en su columna en Diario Concepción (2024), destaca que la fauna chilena “es un tesoro que pocos ven,” y este es un ejemplo doloroso de cómo la falta de control sobre actividades económicas puede tener un impacto devastador en especies que deberíamos estar protegiendo.
Un ejemplo claro de nuestra desconexión, es que quizás no conocemos nuestros tesoros, alguno de ellos pueden ser el Pequén, la Abeja Caupolicana, la Rana Esmeralda, el Chungungo, la Taruka o la Iguana Chilena, todos amenazados en nuestro país, y que son especies que están dentro de la elección del Embajador de la Fauna 2025, promovida por el Jane Goodall Institute Chile, siendo esta una oportunidad perfecta para acercarnos más a estas especies únicas y entender por qué es tan importante su protección.
Pequeños gestos, grandes cambios
La fauna no es solo esa “fauna lejana” que vemos en parques nacionales o áreas protegidas; está presente en nuestras ciudades, en nuestros campos, y convive día a día con nosotros. La conservación de la fauna no solo depende de las grandes acciones o de leyes y normativas que regulen las industrias; cada uno de nosotros tiene un rol que jugar. Desde dejar un recipiente con agua para los animales o aves en nuestros jardines, hasta evitar arrojar residuos en parques o zonas silvestres, todos estos son gestos que marcan la diferencia. Hoy más que nunca, debemos comprometernos a ser ciudadanos responsables con el triple impacto: social, ambiental y económico.
Cuidemos a aquellos seres vivos cercanos a nosotros y aprendamos a ver la fauna como parte de nuestra comunidad, no solo como un elemento de nuestra geografía.
No se trata solo de salvar a los animales en peligro de extinción o a aquellos que se llevan la atención mediática; es sobre cómo podemos contribuir a una convivencia respetuosa y armónica con cada ser vivo que comparte este espacio con nosotros.
Y para aquellos que deseen comprometerse aún más, pueden participar votando por el próximo Embajador de la Fauna Chilena, porque cada pequeño paso cuenta para proteger nuestro tesoro natural.